Día 25, martes
Sé que te acabo de ver, que hemos pasado el día juntos, que hacemos cosas que a cualquiera le podrían parecer burdos excesos, que el día ha estado nublado, que hace frío, que no me muevo de acá ni en pedo y que si te viera ahora tal vez ya no tendríamos nada de qué hablar. A veces pienso que hemos agotado los temas de los cuales podemos hablar. No es aludable andar por ahí mirándonos en el espejo y repetirnos que yo no me gusto y que tú no te gustas, casi nadie se gusta a sí mismo. Pero a pesar de todo, el espejo está ahí, mirándonos. ¿Y eso qué significa? Que he llegado a mi casa, he comido y me he sentado a mirarme en el espejo pensando en que quisiera que estuvieras aquí conmigo.
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